Una chica es obligada a estar encerrada limpiando en el castillo de
su madrastra. La chica, huye del lugar para no sufrir más y la madrastra
envía a un cazador a por ella. Escapa por el bosque y encuentra una
casa de enanos en la que come sopa y duerme en sus camas.
Después,
pasea y ve la silueta de un hombre que parecía un príncipe y huye a la
casa del pánico que tenía de que le viesen. Tras ello, decide arreglar
la casa con ayuda de los animales. Una mujer anciana aparece y le
entrega una manzana, que al morder, cae al suelo dormida. ¿Pensabas que
esto tendría final feliz?
No todos los cuentos son reales. La
madrastra no era mala. La cuidaba y la mantenía ocupada porque se
preocupaba por ella y del mundo. El cazador era su padre, que la
visitaba de vez en cuando y la busca por preocupación. La casa de enanos
solo era una cabaña donde un grupo de gente bajita solía vivir para
trabajar en una mina cercana. Los animales del bosque huían de la chica
porque los perseguía y maltrataba. La anciana era un viejo árbol
moribundo cuyos frutos estaban podridos hasta la médula. El príncipe tan
solo era la imagen de la imaginación de una chica soñadora cuyos sueños
son solo sueños desesperados. Y la chica… La chica era una pobre
enferma que tenia esquizofrenia, pero amaba los animales y soñaba con un
príncipe que nunca existió. Se imagino un árbol como una anciana que le
dio un fruto envenenado haciendo que se durmiese. Cuando en realidad,
los hongos de ese fruto podrido se habían apoderado de la chica. Ésta
nunca despertó y fué llevada a sus padres por los enanos, cuyos dos
padres se sintieron culpables de no cumplir su labor.
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